El
hombre busca y se afana en encontrar. Pero, su búsqueda es infructuosa
porque la hace desde sus propias fuerzas e individualidad. Y porque, además,
busca en un mundo estéril donde la felicidad no se encuentra y donde la
eternidad no existe. Todo en él es caduco y finito.
Los caminos que sigue son caminos falsos,
de muerte y finitos. La verdad del mundo es limitada y sujeta a errores y
proclive a la mentira y al engaño. El hombre, por tanto, se mueve en la
oscuridad de una verdad limitada y errónea. Nunca, apoyado en su propia verdad
encontrará la Verdad.
Sólo hay un camino, y ese camino es Jesús.
Nos lo ha dicho el mismo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Sólo siguiendo
sus pasos y dejándose llevar por su Palabra y su Amor podemos encontrar ese
Camino de Felicidad, de Verdad y Vida que tanto deseamos. Sigamos al Señor.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.