viernes, 1 de mayo de 2020

El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él ...
En este mundo que conocemos todo necesita un alimento. Hasta las cosas materiales necesitan un combustible que, de alguna forma, le dé energía para su funcionamiento. Igual, el cuerpo humano necesita alimentarse. Sin embargo, a pesar de alimentarse tiene sus días contados.

La muerte es inevitable por mucho que los alimentos te sostengan vivo. El tiempo no pasa inexorablemente y tu vida, a pesar de estar bien alimentad, tiene su tiempo contado. Sin embargo, el hombre aspira a vencer a la muerte y vivir eternamente. Y hay un alimento que te da esa posibilidad.

Jesús te lo anuncia claramente y ha venido a este mundo precisamente para eso, para darte el Alimento de Vida Eterna: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.