Jesús sabe que sus apóstoles no están
preparados. Necesitan luz y, sobre todo, valor, para poder llevar a cabo su Obra
de salvación y les advierte de la llegada, cuando Él retorne al Padre, del
Espíritu de la Verdad, que les preparará, iluminará y les dará el valor que
necesitan para anunciar y dar testimonio del Mensaje de Salvación.
Por eso, les anuncia y les descubre lo que
les pasa en esos momentos dándole esperanza para que se sostengan firmes y
esperanzados: Mucho tengo todavía
que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la
verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino
que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.
Sin lugar a duda, el hombre necesita un guía que le indique
el camino. Por sí mismo no está capacitado. Sobre todo, ese camino de la
Verdad, y cuando se siente acompañado recobra la confianza y la esperanza.
Gracias, Señor, por el Espíritu Santo que nos acompaña y nos alumbra el camino.
Amén.
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