Cuando reconoces que Dios es un Padre, y entiendes lo
que significa ser padre, experimentas verdadero deseo de acercarte y hablar con
Dios Padre. Y, más que hablar, pues Él sabe todos tus problemas y necesidades,
se trata de escucharle y de permanecer en su presencia.
Pero, no una presencia de instantes o momentos, sino
una presencia permanente que coge todo tu tiempo, incluso cuando duermes. Es
verdad que en algunos momentos te distraes y, hasta te puedes olvidar, pero, Él
siempre sigue ahí y, si puedes, está esperando en cada sagrario donde puedes
visitarle.
Tienes, y todos tenemos, la oportunidad de descubrir
un Padre que nos conoces, sabe de nuestras necesidades y, es más, lo que
verdaderamente nos viene bien y nos hace feliz. Y, sobre todo, conoce lo que
buscamos. Ahora, necesita que tú y yo nos fiemos de su Palabra, de su Amor y de
su Misericordia.
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