jueves, 9 de julio de 2020

Domingo XXII del Tiempo Ordinario Ciclo A. | Historias de la ...
Ese es el misterio, el Amor de Dios. Pero, más todavía, ¿cómo es posible que cuando me porto mal, incluso cuando le rechazo, Dios siga declarándose mi Padre y amándome igual? Su amor es incondicional  e independiente de mi conducta. Sea bueno o malo Dios sigue siendo mi Padre y buscando la respuesta de mi amor.

Un amor que me ama, independientemente sea buena o mala mi  conducta. Independientemente que yo le acepte, le corresponda o le rechace. Un Dios que no comprendo y que mantiene su compromiso a pesar de la conducta o de la elección que yo haga.

Por lo tanto, se puede decir que tu Padre Dios ha dejado en tus manos la elección de tu salvación. Tendrás Vida Eterna en gozo y felicidad o tendrás vida eterna en sufrimiento, angustia y dolor. Tú decides o rechazas lo que Jesús te propone y también el lugar donde quieres vivir la eternidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.