La verdad y la justicia tienen sus detractores que
trataran siempre de poner obstáculos a quienes buscan vivirlas y ponerlas en
práctica. Y eso lo sabe Jesús que lo advierte a todos aquellos que quieren
seguirle para que, cuando lleguen, no se desanimen ni se desilusionen.
Por eso, Jesús anuncia que no ha venido a traer la
paz, esa paz que se construye con la mentira, la injusticia y el poder. Esa paz
que se apoya en la espada que enarbola la envidia, la soberbia y el deseo de
ser más que los otros.
Jesús sabe que su Palabra suscita envidias y odio a
todos aquellos que no aceptan la verdad y la justicia y, por el contrario
quieren imponer su verdad y la manera de satisfacer sus egoísmos y
satisfacciones. Por eso, rechazan el anuncio de la Buena Noticia e imponen sus
leyes.
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