lunes, 24 de agosto de 2020

Juan 1,45-51 - Verás cosas más grandes todavía - Roguemos al Señor
Ahora interesa, ¿qué ha sucedido contigo y, también, conmigo? ¿Aceptamos nosotros la Divinidad de Jesús y le reconocemos como el Hijo de Dios y como Rey de Israel? O, por el contrario, ¿le rechazamos? Por ahí debe ir nuestro esfuerzo y nuestra reflexión. Se trata de madurar y de dar una respuesta.

Una respuesta que, de ser afirmativa, debe ir encaminada a pedir la transformación de nuestros corazones, viciados por nuestras pasiones e instintos egoístas a la mentira y al rechazo. Una respuesta producto de nuestro encuentro con Jesús que transforma todo nuestro vivir y todo nuestro ser.

No cabe ninguna duda que sin la experiencia del encuentro personal con Jesús, nuestra vida queda coja, debilitada y a merced de nuestras pasiones y seducciones de este mundo. Y esclavas de nuestras propias ideas e intereses. Sólo en y con Jesús podemos liberarnos. Amén.

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