Porque, hoy también hay profetas. Por nuestro bautismo
quedamos revestidos de sacerdote, profeta y rey, de modo que cualquiera a
nuestro lado puede estar, con su testimonio y por la Gracia de Dios,
advirtiéndonos y anunciándonos la Voluntad y la Palabra de Dios.
Podemos justificarnos y aparentar, tal como hicieron
los hijos de los que habla el Evangelio, alegando que ellos nos los
condenarían, pero, una cosa son las palabras que decimos y otra lo que
realmente hacemos.
De cualquier forma, nuestro pensamiento de esta noche
nos ayuda a reflexionar sobre esta cuestión y a plantearnos con qué actitud nos
relacionamos con todos aquellos que, por la Gracia de Dios, nos anuncian y
proclaman, con su testimonio de vida, la Palabra y la Voluntad de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.