sábado, 27 de febrero de 2021

 

Vivimos en un mundo donde prima el desamor. Un desamor nacido del egoísmo, del poder, de la suficiencia, del odio y la venganza. Yo más grande que tú y, por eso, porque quiero ser mayor, te someto y te esclavizo. Te declaro la guerra del poder y la fuerza.

El débil, el pequeño y el pobre quedan sometidos al poder del rico, de suficiente y del poderoso. Está a merced de sus decisiones y de su amor. Su vida dependerá de la medida del amor del que se cree más grande y dueño de someter e imponer sus criterios y pensamientos.

Un amor, que deja de ser amor cuando está guiado y determinado por su propio egoísmo. Luego, para amar hay primero que despojarse de todo egoísmo y de nuestras propias apetencia y pensar que lo que quiero para mí, debo también quererlo para el débil, pequeño y pobre. Así, el mundo iría mejor.

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