miércoles, 29 de diciembre de 2021

 

Todas las profecías, observamos, hechas sobre Jesús se cumplen unas tras otras hasta la hora final que marca la crucifixión en la cruz y su Muerte y Resurrección. Y es, precisamente, con su Resurrección con lo que todo el Plan de Dios queda consumado.

Es la Resurrección el fundamento de nuestra fe. En ella apoyamos toda nuestra fe, pues, si Jesús no ha Resucitado, ¿qué pintamos nosotros? Sabemos y conocemos que nuestro camino está lleno de dudas y tentaciones. Y, es más, sabemos también que esas dudas nos acompañarán toda nuestra vida. Pero, si permanecemos unidos y fieles al Señor venceremos y soportaremos esas dudas y dificultades.

Simeón profetizó que una espada atravesaría el corazón de María. Y así sucedió en el momento cumbre al pie de la cruz cuando su Hijo fue crucificado. También nosotros sufriremos la tortura de la duda y tentación de rendirnos a las seducciones de este mundo. Sin embargo, la Cruz es nuestro signo y señal de salvación. Permanezcamos agarrados a ella.

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