viernes, 25 de febrero de 2022

 

Amar es el mandato que nos viene de Dios. No le amamos a Él si no amamos a los que están a nuestro lado, y también lejos, incluso aunque sean nuestros enemigos. Luego, ¿cómo es posible que unidos en santo matrimonio podamos desear, después de un tiempo de convivencia, separarnos?

Se supone que nos hemos conocido y nos hemos enamorados, y que, cuando vengan momentos de desacuerdos, de conflictos podamos superarlos desde el amor. Porque, el amor no caduca, sino pasa crisis y dificultades, pero siempre está vigente.

¿Nos olvidamos que Dios nos ama con un corazón paciente y misericordioso, y que no nos merecemos ese amor? Incluso, le faltamos, le fallamos, le mentimos, le damos la espalda…etc. y Él sigue amándonos misericordiosamente. ¿No nos damos cuenta que así debemos también amar nosotros en nuestros matrimonios?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.