Y,
no sólo ha venido a señalarnos el camino, sino que se ha hecho comida para
alimentarnos y fortalecernos espiritualmente a fin de que vivamos y creamos en
su Palabra y, guiados por el Espíritu Santo, recibido en nuestro bautismo, alcancemos
Vida Eterna.
Hay
momentos, quizás sin darte cuenta, que la vida te pone a prueba. Son momentos
de dificultad que necesitas de paciencia, fortaleza, paz y, sobre todo de sabiduría.
Esa sabiduría que viene de lo alto y que te da el Espíritu Santo.
Hay
una cosa muy esclarecedora de tu camino. Pregúntate: ¿Dónde gasto mi tiempo y
cómo lo gasto? La respuesta te dará la medida de tu fe y la cantidad de amor
que das gratuitamente. En eso consiste creer y seguir al Señor, amar, en lo
posible, como Él nos ama.
No se trata de hacer proezas, ni perseguir ser un héroe, se trata, simplemente, de vivir la Palabra de Dios y hacer, en la medida de tus posibilidades, lo que te gustaría que hicieran contigo en esos momentos difíciles que vives en tu vida.
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