El
Señor se ha ido, pero volverá, y en su lugar nos acompaña el Espíritu Santo-
Paráclito – que baja a nosotros en el instante de nuestro bautismo. Y lo hace
para, asistirnos, alumbrarnos y fortalecernos en la fe y en la lucha de cada
día contra el mal que nos asedia.
Cada
día, tanto al amanecer como al anochecer, te pido, Padre, paz, sabiduría y
fortaleza. Paz, para poder pensar y discernir con serenidad y eficiencia;
sabiduría para saber elegir el verdadero camino que lleva a Ti, y, fortaleza, para
resistir y superar todas las adversidades.
Tu
misión, Señor, ha terminado. En tus últimos momentos en la cruz proclamaste que
todo estaba consumado. Y sí ha sido. Has dejado la institución de tu Iglesia en
manos de tus apóstoles y ahora, tras ellos, nos toca a nosotros continuar tu
misión.
Te pedimos, Señor, fortaleza, paz y sabiduría para llevar a cabo esa misión que nos toca. Te pedimos humildad y fe para perseverar y avanzar sin dejar de crecer en conversión. Y, para con nuestra vivir y obrar, ser testimonio de fe para otros. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.