Tú,
Señor, estás siempre en acción. Tu Amor no está acomodado ni establecido. Se
mueve, sopla y actúa. Yo, Señor, quiero seguir tus impulsos, tus movimientos,
tu camino. Dame esa fortaleza y guíame según tu Voluntad. Lléname, Señor, de tu
Espíritu.
La ciencia no da esperanza, se agota en sí misma. Su razón termina
con la evidencia y la confrontación objetiva de la prueba. Todo lo que es
probado científicamente es lo verdadero y lo justo. Fuera de lo
objetivo y comprobable no hay nada más. ¿Qué hacer, nos dice el Papa, en un
mundo sin esperanza en la justicia?
Hoy, el Papa Francisco nos habla de un mundo loco, ideologizado y
apoyado solo en la verdad científica, probada y objetiva. Un verdad alejada de
la moral, de lo sentimientos y de lo justo.
Cuántas veces hemos vividos hechos que, siendo objetivos y reales no nos parecen justos. La esperanza de los que buscan, en la justicia la verdad, es llamada por Jesús, el Señor, bienaventurados. Hoy, el Papa reflexiona sobre esa vejez que se sostiene en la esperanza de buscar la justicia y la verdad.
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