Como Pedro y los demás, ¿a dónde iremos sin Ti, Señor? Tú eres
el Alimento espiritual que nos sostiene, que nos fortalece, que nos mantiene
firmes y dispuestos a darnos, por amor, a los demás.
Con la muerte no se termina la Vida. Sí, acaba una etapa en este
mundo, pero, entramos en el otor. Un Reino de paz, justicia y amor. Un Reino donde
nos espera el Pastor verdadero, que nos ama y quiere nuestra felicidad eterna.
Esa es la gran diferencia. Los pastores de este mundo someten a
sus ovejas para sus intereses o provecho. Esquilan su lana, su leche y hasta
nuestra carne sacrificándonos. Mientras que Jesús, el Buen Pastor busca solo
nuestro bien y felicidad eterna.
¿Ves la diferencia? ¿Entiendes como te quiere Jesús y como te busca? ¿Adviertes que los otros pastores te seducen para sacar provecho de ti y hasta de tu cuerpo? Por eso distinguimos a Jesús, el Señor, como el Buen Pastor que da la Vida por sus ovejas.
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