lunes, 27 de junio de 2022

PENSAMIENTOS EN EL CALOR DE LA NOCHE

Cuando me paro y soy capaz de pensar que estoy salvado y destinado a vivir inmensamente feliz eternamente, me quedo pasmado. Mi corazón se llena de gozo y alegría y, levantando la mirada, doy gracias a Dios porque, por su Amor misericordioso, estoy salvado.

Señor, soy consciente de que el mundo, el demonio y mi propia carne son debilidades que me acechan y me impiden seguirte. Se me nubla la luz de mi corazón e inmerso en la oscuridad y seducido por mis pasiones, te doy la espalda y dejo de seguirte. Ayúdame, Señor.

Mis miedos son productos de mi ignorancia y mis debilidades. Es verdad que soy débil, pero no debo obviar que Dios, mi Padre, anunciado por el Hijo, nuestro Señor Jesús, me ha revelado su Amor Misericordioso y me da la salvación eterna. Luego, ¡estoy salvado!

Al final, ¿qué importa? Todo lo que consigas aquí que no sea ofrecido, regalado y dado con y por amor, no vale para nada. Porque, quieras o no, tú destino, como el mío y el de todos es el otro mundo. Un mundo de amor, justicia y paz. ¡Ah, y Eterno!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.