María,
Madre de Dios, intercede para que mi voluntad se fortalezca en el cumplimiento
de meditar y contemplar esos momentos divinos y misteriosos de la vida de
Jesús, el Señor. Y que, a través de ellos, yo sepa encarnar en mi vida la
Voluntad de Dios Padre. Amén.
¡Señor,
dame la fortaleza de resistirme cada día a las tentaciones de la pereza, las
comodidades, la soberbia, la envidia, la concupiscencia y todo aquello que
amenaza mi vida para alejarme de Ti y perder mi confianza en tu Amor
Misericordioso. Amén.
El rezo del Santo Rosario es un privilegiado momento contemplativo de los diversos momentos de la Vida de nuestro Señor Jesús. Momentos llenos de misterio, de entrega y de Amor Misericordioso. Momentos en los que nos anuncia el Amor del Padre con su Vida y Palabra y nos enseña a abrazar la cruz, que también tendrá presencia en nuestra vida.
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