¡Señor!,
¿cómo no te voy a pedir? Te pido por un amigo que padece una grave enfermedad.
Tú sabes que le ocurre y que enfermedad sufre. Sé que no lo merecemos ni nada
podemos hacer que pueda satisfacerte, Señor, pero confiamos en Ti y en tu
Misericordia.
En
ti confío, Señor. Si no, ¿en quién puedo confiar? Solo Tú tienes Palabra de
Vida Eterna. Nunca entenderé tu Misericordia gratuita ni tus acciones
milagrosas por amor. Porque, Señor, no merecemos todo lo que Tú nos das ni el
Amor que nos tienes y regalas gratuitamente.
Pienso,
Señor, que no merezco nada y me cuesta atreverme a pedirte. Me da vergüenza,
Señor, siendo yo tan pecador y defraudándote tanto. Perdona mis pecados y dame,
Señor, la Gracia de saberme hijo tuyo y agraciado por tu Amor Misericordioso.
La oración es lo único que siempre es
valido y sirve para aliviar y sanar nuestros problemas, errores y enfermedades.
Y solo Tú, Señor, nos escucha, nos atiende, nos comprende y nos regala tu Amor
Misericordioso. Nunca lo mereceremos, pero, tu Misericordia es Infinita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.