Procura siempre
ser humilde y nunca creerte ni ponerte por encima del otro. Primero, porque lo
que tienes de superior o mejor que otro te ha sido dado gratuitamente. Y dado
para ponerlo al servicio, también gratuitamente, del menos agraciado y más limitado.
Quiero, Señor, ser
como Tú. Me invitas con tu presencia a ello y, consciente de mis limitaciones,
de mis fallos, mis pecados y mis caídas a diario, te doy gracias porque me
salva tu Infinita Misericordia. Dame la fortaleza, el entendimiento y sabiduría
para no fallarte.
Se hace necesario acercarse al pequeño, vivir con el pobre y necesitado y con el débil. ¿Por qué? Porque, estando a su lado te será más oportuno ser humilde, compartir con él esa humildad y evitar enaltecerte y ser tentado arrogantemente. Jesús vino, precisamente, a los humildes y pobres porque son ellos los que descubren que le necesitan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.