Supongo
que se nos olvida dar las gracias hasta el punto de creernos con derecho a
recibir todo lo bueno que hemos recibido. Eso sí, suplicamos y pedimos, pero,
después, nos olvidamos. Quizás tengamos que recordárnoslo cada día alabando al
Señor.
Pidamos
al Espíritu Santo que nos recuerde cada día que somos hijos de Dios y que todo
lo que somos lo hemos recibido gratuitamente de Él. Pidamos también al Espíritu
Santo que sepamos ser agradecidos, reconocerlo y alabar al Señor en cada
momento de nuestra vida.
Tu
felicidad está escondida dentro de ti. Has recibido unas cualidades y dones
que, compartiéndolo con los necesitados, experimentarás esa felicidad que,
erróneamente, buscas en el tener y poseer bienes y riquezas. Por tanto, da
gracias al Señor por lo que tienes y comparte todo lo que puedas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.