¿Mantenemos
nuestra actitud de espera expectante y atenta a acoger la venida del Señor cada
día? Porque, Jesús ya nació, hace dos mil veintidós años y sigue naciendo cada
vez que tú o yo le abrimos el corazón. Y volverá, esta vez para reinar
eternamente.
Señor, sigue
habiendo Herodes en este mundo. Hombres y mujeres que se prefieren hasta el
extremo de antepones sus intereses y egoísmos a la vida de un inocente. No
quieren privarse del placer pero sí de la nueva vida que nace en el vientre de
la mujer.
Perdónalos, Señor,
porque no saben lo que hacen.
¿Hemos pensado
alguna vez que objetivos tenemos en este mundo? ¿Creemos que simplemente es
pasar por él con más pena que gloria y sin esperanza de vida eterna? ¿Acaso no
la deseamos? ¡Entonces!, ¿a qué esperamos?
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