¿Experimentas
compasión cuando ves a alguien sufrir? ¿Sientes un impulso que te inclina a
ayudar y aliviarle su dolor? ¿Y no te das cuenta de que ese deseo o impulso compasivo
te viene de tu parecido con Dios, porque has sido creado semejante a Él.
No es nada fácil
caminar por este mundo donde los peligros acechan por todas partes. Pero,
Señor, sabiendo que Tú me acompañas y caminas conmigo mis miedos desaparecen y
me siento protegido. Entonces, Señor, mi vida recobra su sentido. Amén.
Sabido es, y nos pasa a todos, que cuando vemos a alguien herido o débil sentimos compasión por él. También observamos que sentimos inclinación a favorece a los más pequeños y débiles. ¿A qué se debe? Simplemente, a ese sentimiento compasivo que mora en lo más profundo de nuestro corazón. Y aflora cuando vemos el dolor y sufrimiento de otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.