Sabemos por
experiencia que contentar a todo es, si no imposible, sí muy difícil. Porque,
si no le das lo que quieren, protestan y si se lo das, también protestan.
Luego, el descontento está siempre presente y se perpetua generación tras
generación.
Y por el
descontento viene el conflicto y enfrentamiento. Así, incluso dentro de la
misma Iglesia hay enfrentamientos y divisiones. Hay quienes quieren hablar de
unas cosas obviando las otras que son tan o más importante. Unos quieren pan y
otros solo espíritu. Y todos descontentos. Supongo que no es esta la Iglesia
que quiere Jesús.
Excluimos a
aquellos que no hablan como nosotros y de lo que queremos nosotros. Y no
sentamos aparte, rompemos en vínculo sinodal y emprendemos el camino por otra
parte. ¡Sí, dicen, somos cristianos católicos, pero nosotros vamos por otro
camino! ¿Es eso correcto y cristiano?
Hay algunos grupos que según ellos vean, censuran todo lo que les parece que no está de acuerdo con el Evangelio o la Voluntad de Dios. ¿Acaso conocen ello los planes de Dios?
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