Nuestra salvación
no nos viene del poder, la fuerza y violencia. No viene del amor y la
misericordia. Nace de un corazón humilde, compasivo y misericordioso que nos salva
de toda inclinación de poder o violencia. Porque, Jesús, el Señor, nos libera
del pecado.
Señor, empieza un
año nuevo y, como todos los años, quiero imitarte, reflejar en todos mis actos,
tu impronta y tu ser. Quiero ser como Tú y te pido tu gracia y fortaleza para
poder conseguirlo. Levanta mi vida, fortalécela y líbrame de todos mis pecados.
Jesús nace pobre y se nos presenta humildemente con un corazón misericordioso y compasivo. Su arma es el amor y de esa manera, alejado de todo poder y violencia, viene a salvarnos. Solo con Amor Misericordioso nos promete la salvación eterna. Él es el Cordero que nos libera y nos perdona todos nuestros pecados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.