No puedes
convertirte sin conocer a Jesús. Y la conversión exige primero un encuentro, un
diálogo donde puedas conocer la Persona de Jesús. Es Él quien te salva y te da
eso que buscas, ser feliz plenamente. Pero, antes tendrás que escucharle y
dejarte encontrar por Él
No quiero dar mi
vida por terminada hasta el último latido de mi corazón en este mundo. Quiero,
Señor, estar siempre activo en respuesta a tu Voluntad y quiero dejar que mi
corazón, puesto en tus manos, sea transformado según tu Voluntad para amar y
amar.
Tenemos muchos
interrogantes, muchas preguntas que nuestra razón no alcanza a entender. Quizás
necesitamos volver a ese corazón de niño y dejarnos moldear por Jesús. Su
Palabra nos llegará al corazón y nos lo cambiará. Pero, para eso antes tenemos
que escucharle y conocerle.
Miremos a María, Madre y maestra del discernimiento. Ella habla poco, escucha y medita, nos dice el Papa, y, sobre todo, obedece al Voluntad de Dios guardando todo en su corazón y reflexionándolo para luego llevarlo a la vida. ¡Madre, enséñanos a discernir!
El discernimiento es muy importante, nos lo ha dicho el Papa Francisco en estas últimas audiencias. Conviene buscar acompañamiento espiritual que, a falta de no encontrarlo puede también servir tu confesor habitual. El caso es que, siempre a la luz del Espíritu Santo, podamos reflexionar, meditar y, sobre todo, escuchar la Palabra de Dios y, a manera de nuestra Madre la Virgen, obedecer guardando todo en nuestro corazón.
Pidamos, como nos dice el Papa, la intercesión de nuestra Madre para que sepamos ser discípulos/as y misioneros/as desde nuestra palabra y vida obedeciendo la Voluntad de Dios. Amén.
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