Todo lo impuro se
cuece dentro del hombre, en su sala de máquina - su corazón - y es ahí donde se
establece la lucha para purificar toda intención. y transformar nuestro corazón
en un corazón puro y bien intencionado. Necesitamos, pues, al Espíritu Santo.
En el amor no
tendremos otro camino sino el de dar frutos. Frutos de amor que, permaneciendo
en Jesús, serán frutos nacidos, por su Gracia, de la Bondad y Misericordia de
Dios. Porque, con Jesús todo es Amor y Misericordia.
No nos contamina
lo de afuera sino lo de dentro. Eso es lo queda en nuestro corazón y lo de
afuera puede influir, pero donde se fabrica es dentro, en nuestro corazón. Ahí
está el problema y la tentación y en donde tendremos que luchar para no
dejarnos someter y seducir. El demonio está siempre al acecho.
Es evidente que al
compartir nuestra fe ésta se fortalece. Hoy el Papa Francisco comparte sus
últimos viajes a la República Democrática del Gongo y a Sudán del Sur. Nos
habla de sus encuentros y de momentos de oración con aquellas comunidades.
Hoy el Papa
Francisco comparte con nosotros su experiencia del viaje apostólico a la República
Democrática del Congo y Sudán del Sur. Da gracias a Dios por esta oportunidad y
por poder realizar este viaje y nos habla de los diversos encuentros donde
compartió la fe con las comunidades de esos países.
También nosotros agradecemos al santo Padre que comparta con nosotros sus viajes y que nos alimente y conforte con sus experiencias de fe.
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