La tentación está
en satisfacernos de las cosas de este mundo pensando que nos dejarán
satisfechos plenamente. Pronto experimentaos que no es así, que todo lo de este
mundo no nos sacia plenamente. Solo Jesús tiene esa Agua Viva que nos sacia
para la eternidad.
Señor, solo
contigo y asido de tu mano podré encontrar el único y verdadero camino que me
lleva a Ti y al pleno gozo y felicidad eterna. Guíame, Señor.
Y la alcanzaremos
al final de este camino, de este desierto que es nuestro mundo del que seremos
liberados al final de nuestra vida. Por eso, conviene tener sed, mantener
nuestra esperanza de ser saciados y buscar esa Agua Viva de la que Jesús nos
habla. Eso nos exige fe y amor misericordioso. No dudemos, sigamos adelante. El
Agua que quita la sed llegará.
En algunos
momentos te vienes abajo. Todo te sale mal. Al menos no como tú desearías.
Estás al borde de una depresión y la oscuridad se hace en tu vida. No busques
soluciones en este mundo. No las hay. Busca a Dios, toma tu cruz y síguele.
Verás que empezará a llegar la luz.
Sin cruz no hay gozo ni luz ni vida. Toda felicidad pasa por una cruz. Jesús, el Hijo de Dios, así lo hizo y nos señaló el camino. La vida nos lo enseña, tras el esfuerzo viene la recompensa, la victoria, el gozo y la felicidad. Ahora es tiempo de tomar tu cruz y seguirle.
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Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.