No puedes quedarte
como estás. Un encuentro con Jesús Resucitado se produce cuando realmente
experimentas que tu vida es diferente, ha cambiado y es ahora otra vida. Entra dentro
de ti el Espíritu de Dios y transforma toda tu vida.
Experimento
desasosiego e intranquilidad. No me acepto ni me quiero en muchos momentos en
los que me atormento y me exijo. Dame, Señor, la paz, mansedumbre y humildad
que Tú, Dios mío, me has enseñado. Amén.
Entiéndelo bien. No se trata de que de un día para otro tu vida es diferente. Pero sí, vas notando, quizás sin darte mucha cuenta, que Alguien que está desde la hora de tu bautizo en ti toma parte en tu vida, en tus actos, en tu forma de relacionarte, de ver y comprender que la vida es camino hacia la Casa de tu Padre. Y experimentas alegría y salvación.
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