Toda la vida de
Jesús, encarnado en naturaleza humana, estuvo en la presencia de María, su
Madre. Ella fue la puerta por donde el Padre quiso que Jesús viniese a este
mundo y es natural pensar que fuese la primera que conociese su Resurrección.
Cada día es una
gran ocasión para ganarnos, por la Gracia y Misericordia de nuestro Padre Dios,
un poquito de Cielo. Pidamos paz, sabiduría y fortaleza para en cada instante
de nuestra vida respondamos a la Voluntad de Dios y vivamos en su presencia.
Amén.
Cuantas cosas se han conseguido a través de las madres. Siempre, de toda la vida, las madres han sido caminos y vericuetos para encontrar una oportunidad de conocer a la hija, al hijo o solucionar algún problema familiar o de otra índole. ¿Cómo no va a ser María, la Madre de Dios, un camino para intimar y conocer a su Hijo? Y además cuando ella es la primera que se ofrece y se da para que le conozcamos. Gracias, Madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.