Sin el alimento
espiritual del Cuerpo de Cristo nada podremos hacer. Somos pecadores y
necesitamos estar alimentados espiritualmente en el Señor para poder vencernos
y crecer en perfección en semejanza con el Señor.
Experimento,
Señor, que dentro de mí vive una fuerte inclinación a amar y a amarte. Quizás
pase desapercibida entretenida por las seducciones del mundo, demonio y carne y
por mis propios egoísmos. ¡Ayúdame, Señor, a descubrirte y amarte!
Es evidente que somos pecadores. Y reconocernos es fundamental para humildemente y poniéndonos en manos del Señor limpiarnos de toda inmundicia, pecado, poder y darnos en plenitud como Él se nos da. Eso solo lo podremos lograr injertados en el Señor, y nada mejor que comiendo su Cuerpo y alimentándonos de su Espíritu. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.