No desesperemos.
Nos parece que el mundo va mal, pero también comprobamos que hay muchas cosas
buena. Experimentamos que junto al trigo crece también la cizaña. Tengamos
paciencia y, sobre todo, fe. Al final vendrá el Segador y pondrá todo en regla.
María Magdalena es
un ejemplo de seguimiento y conversión. Su encuentro con Jesús cambió
drásticamente su vida hasta el punto de que fue, la primera en proclamar su
Resurrección. ¡Señor, dame la fortaleza de también yo proclamar tu
Resurrección!
Es sorprendente y milagroso comprobar como cada día hay muchas obras, a pesar del mal, de bien. La gente respeta la circulación; muchos enfermos son operados y curados; hay solidaridad de unos con otros y muchas cosas más que no terminaríamos de contar. Evidentemente, crece el trigo aunque haya cizaña. Andaremos juntos y al final Dios, nuestro Padre, pondrá las cosas en su lugar.
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