Simplemente, solo
tienes que observar con atención y darte cuenta como una simple semilla dejada
a su suerte en la tierra, germina y da frutos. ¿No es eso un milagro? ¿Cuántas
buenas obras se realizan cada día? ¿No son, tal como está el mundo, pequeños
milagros de cada día?
¡Qué piensas de ti
mismo? ¿Eres trigo o cizaña? ¿Está tu vida más inclinada al bien o al mal?
¿Estás abierto y disponible a hacer el bien, vivir y buscar la verdad y
justicia y a amar por encima de tus propios egoísmos? Quizás tratar de
responderte a ti mismo podría a ayudarte a ver que tienes de buena semilla o de
cizaña.
Tomas un taxi, avión o tren y confiado en la buena conducta de su conductor te pones en sus manos; vas al médico y confías en sus conocimientos para tu cura; sientes seguridad y respeto entre tus amigos o cuando vas por la calle…etc. El bien se experimenta, a pesar de que también está el mal, en muchos momentos. ¿No son esos pequeños y cotidianos milagros de cada día?
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