Mientras queramos
entender lo que no podemos entender estaremos en una aptitud soberbia y de
cerrazón. Necesitas un baño de humildad y pequeñez para acoger el anuncio de un
Dios ininteligible para nuestro conocimiento pero misericordioso para nuestra
salvación.
Ven Espíritu Santo
y transforma mi corazón para que cada día pueda sentir deseos de amar y hacer
el bien sin resentimientos, ni deseos de venganza u odio a aquellos que me
hacen mal. La lucha es dura y tenaz y necesito tu asistencia y auxilio. Amén.
La fe, don de Dios, nos es imprescindible para abrirnos humildemente a la Palabra de Dios. Una Palabra que se nos hace difícil de entender si no estamos abierto con humildad y sencillez a esta pequeñez de corazón. Y una Palabra que como semilla en tierra buena, si la dejamos germinar, muere y da frutos.
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