jueves, 19 de octubre de 2023

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Es evidente que la Ley está para cumplirla, pero más allá de la Ley está la buena intención del corazón, el arrepentimiento y, sobre todo, la misericordia. Precisamente, nos salvamos, no por la ley, que, a nuestro pesar,  la incumplimos, sino por la Misericordia de Dios.

Sed, mucha sed, Señor, de amar, de darme en servicio a los que lo necesitan. Sed de entregarme, por amor, a hacer el bien y de estar disponible a servir al necesitado. Pero, mi sed se desvanece, se seca y endurece si Tú, Señor, no estás presente y a mi lado.

¿Cómo no vamos nosotros a ser misericordiosos? De la misma manera que somos perdonados, ¿cómo no vamos nosotros a perdonar? ¿Con qué cara nos podemos presentar ante nuestro Padre Dios si no hemos sido misericordiosos con los que nos han ofendido cuando Él nos perdona todas nuestras ofensas? Claro, es evidente que necesitamos una cosa: dolor de contrición y verdadero arrepentimiento. Primero tenemos que reconocer nuestro pecado para luego ser perdonado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.