Gracias, Señor,
por tu Infinita Misericordia. Gracias por tanta paciencia y amor misericordioso
y gracias por ayudarme a descubrir mis apariencias, mis cumplimientos de cara a
la galería que esconden mis faltas y egoísmos. Gracias, Señor, por tu
misericordia.
Cuando descubres
que tu felicidad está dentro de ti, en tu corazón, experimentas un encuentro
con quien es Camino, Verdad y Vida. Entonces entiendes que amando a los demás
amas a Dios y eres feliz alcanzado la plenitud eterna cuando llegue tu hora.
Te pido, Señor, paz, fortaleza y sabiduría para mostrarme tal como soy y, sin deseos de ocultar mis faltas, si buenas intenciones de corregirlas, de hacerlas tal y como Tú nos mandas y para bien de todos los que me rodean. Quiero y deseo, Señor, ser bien intencionado y justo para que todos aquellos que pasan por mi vida sientan tu presencia. Amén.
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