Amar es dar sin
esperar nada. Así nos lo manda nuestro Señor. Él nos amó de esa manera. Solo
espera nuestro bien y salvación. Dependerá de que te des cuenta, lo comprendas
y confíes en Él. No tengas miedo. Él te dará la fuerza para amar de esa manera.
Sé, Señor, y soy
consciente de mi debilidad y fácil seducción. Mi día a día es una lucha
constante contra las tentaciones. Tú, mi Dios, sabes de mis intenciones y de
mis deseos de ir a tu Reino. Dame la fortaleza, firmeza, y voluntad para no
perderlo.
Reconocer que nos
cuesta mucho y que nuestra primera intención es pedir a cambio una prestación
es lo normal. Realmente somos así. Nuestra naturaleza, herida por el pecado, se
resiste a dar nada de manera gratuita. Incluso, nos sentimos mal y consideramos
tonto si lo hacemos.
Por tanto, Dios, nuestro Padre, sabe realmente como somos y la dificultad que tenemos para desprendernos de nuestras cosas. Y no nos va a pedir nada que no podamos hacer. Por tanto, creamos que asistidos y unidos a Él podremos hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.