Cada Eucaristía
recibimos ese alimento tan necesario para que nuestra vida de gracia y de amor
misericordioso se sostenga firme y en actitud de crecimiento y conversión y
disponible a compartir con los demás.
Cada día es una
nueva oportunidad, una nueva ocasión para despertar y ver que Dios está
presente siempre en nuestra vida. Nos ha creado por amor y nos espera
amorosamente como un Padre que busca nuestra felicidad eterna. Su Misericordia
es Infinita.
No es cuestión de
que somos pocos y pequeños, sino de sabernos alimentados en el Cuerpo y Sangre
del Señor y de que por su Gracia, ese alimento nos transforma y nos hace
grandes hasta compartirlo con los demás y revertir la Gracia del Señor hasta
inundar el mundo de amor y misericordia. Y es que verdaderamente nos
multiplicamos cuando nuestros corazones son bañados y alimentados por la Gracia
de Dios, nuestro Padre.
Las apariencias
pueden confundirte. No eres lo que realmente representas sino lo que
verdaderamente eres. Detrás de todo lo que esconda tu persona y por muy bella
que sea, lo que realmente vales es lo que verdaderamente eres, y no la
apariencia con lo que puedas adornarte exteriormente.
Nada es más engañoso que la riqueza: hoy contigo y mañana contra ti, Por todas partes arma los ojos de los envidiosos. Es enemigo de puertas adentro: los tenemos siempre en casa (CJ – Cuadernos - 234 - Ricos y pobres en el Nuevo Testamento – José I. González Faus).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.