Señor, sé que
estás ahí, presente en mi camino día a día. Sé que me acompañas y yo quiero
ser tu amigo íntimo. Quiero escucharte, prestarte atención y ser todo oído a tu
Palabra. Hazme humilde y sabio para reconocer mi pequeñez y mis pecados.
Es tiempo de
despertar, de renovarse y de volver a ponerse en camino de conversión. Porque
siempre estaremos en camino de conversión, de crecer y madurar en la fe. El
Adviento es un tiempo que nos ayuda, nos empuja a despertar, a ponernos en
marcha y a estar vigilantes.
Experimento,
Señor, que cuando estoy contigo y llego a conectar con tu Palabra y, quizás,
sin darme mucha cuenta hablo contigo, me siento reconfortado, animado y
fortalecido. Me lleno de gozo y satisfacción y noto que Tú estás ahí, presente
en ese momento en mi vida. Experimento liberación y, a pesar del camino de cruz
que supone la vida, me siento alegre, gozoso lleno de sentido y esperanza y la
vida, mi vida, se mi ilumina. ¡Gracias, Señor!
Cada noche se
inicia la travesía de la oscuridad a la luz. Es el largo camino donde caminas
en la oscuridad con la esperanza de encontrar la luz. Y en ese camino
transcurre tu vida. Importante será tomar la noche como tiempo para preparar el
nuevo día con el propósito de irte perfeccionando cada vez un poco más.
Pidamos para que
cada personas sienta ese deseo y amor fraterno por interesarse por el bien del
otro. Que este tiempo de Adviento sea un tiempo de sembrar la tierra de nuestro
corazón con la semilla de amor y misericordia. Amén.
Cuando entras en casa de un rico y ves columnas de maravillosa grandeza y capitales de oro y mármoles incrustados en las paredes y fuentes que corren, y surtidores y paseos… y todo un rebaño de eunucos cubiertos de oro, y tapices por los suelos y una mesa esplendente de oro y lechos engalanados, todo es gloria de la casa, no la gloria de un hombre. Pues la gloria del hombre es la piedad, la modestia, la misericordia, la mansedumbre, la humildad, la paz, la justicia y el amor para con todos. ¡Eso es la gloria del hombre! (CJ – Cuadernos - 234 - Ricos y pobres en el Nuevo Testamento – José I. González Faus).
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