miércoles, 20 de diciembre de 2023

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Podemos también nosotros preguntarnos: ¿Se cumple en mí lo que el Señor quiere de mí? ¿Acaso no busca mi Padre Dios mi salvación y felicidad eterna? ¿Y no ha enviado a su Hijo, el Predilecto, a anunciármelo con su Vida y Palabra? ¿Y yo, le escucho?

Gracias, Señor, porque en la debilidad experimento que soy débil, encuentro razones y necesidades para pedirte, suplicarte y rogarte tu ayuda, asistencia y auxilio. Sin tu presencia, Señor, mi vida se desorienta, se hunde y se pierde. Sostenme, Señor para que pueda superar las dificultades que me impiden llegar a Ti.

Esa es la cuestión, creer o no creer. Esa es la alternativa que nuestro Padre Dios nos ha dado. Nos ha creado libres para optar, como María, nuestra Madre, depositar toda nuestra confianza en su Palabra y dejarnos llevar por el Espíritu Santo, recibido en la hora de nuestro bautismo, o tomar el otro camino que nos propone el mundo. Un camino de apariencia de felicidad que sabemos a ciencia cierta, aun en el mejor de los casos, que tiene su fin.

Cuando te encuentras contigo mismo, y es buena ocasión en el silencio de la noche, estás en buena disposición de escuchar el susurro que sale de lo más profundo de tu corazón y darte cuenta de que es Dios quien te habla. Solo tienes que poner atención y dejar que tu conciencia descubra esa Verdad que palpita en lo más profundo de tu corazón.

Nos es común lo espiritual: la mesa sagrada, el cuerpo del Señor y su sangre preciosa, las promesas del Reino, el baño de la regeneración, la purificación de los pecados, la justicia, la redención, la santificación, todos esos bienes inefables «que ni ojo vio, ni oído oyó, ni pudo sospechar el corazón del hombre» (cfr. I Cor 2,9).

¿Cómo, pues, no calificar de absurdo que quienes tienen comunes cosas tan grandes… sean tan avaros en sus riquezas y no consientan en guardar esa misma igualdad, sino que sobrepasen en riqueza a las mismas fieras? (CJ – Cuadernos – 234 – Ricos y pobres en el Nuevo Testamento – José I. González Faus).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.