¿De qué se trata?
¿De hacer el bien o de impedirlo dictando leyes que regulen el día, el momento,
la circunstancia o la hora de actuar para auxiliar a una persona? ¿Tiene día,
momento, hora, el ayudar y hacer el bien? ¿O lo que tratan es de acorralar a
las personas en un redil para tenerlas controladas y sometidas?
El camino tiene
muchos peligros, Señor, y se me hace duro recorrerlo sin tropezar y
defraudarte. Líbrame de las tentaciones y seducciones que me proponen dejarte y
darte la espalda. Sostenme firme y presente en tu Amor y Misericordia y
fortaléceme con tu Gracia para perseverar y estar siempre a tu lado.
Es evidente y un
mal de todos los tiempos que unos quieren adueñarse de todo lo creado para el
bien de todos. Y para ello buscan el poder por los medios que sean y soborna y
compran lo que necesiten para mandar y dictar leyes que, no solo someten y
coartan la libertad de los otros, sino que buscan sus propios beneficios y
riquezas a costa de los otros. La ley del sábado era y es – porque sigue
vigente – una ley que beneficia a algunos y perjudica a muchos.
El Espíritu, pues, está activo en toda la historia de salvación hasta el final de los tiempos: llena la creación; engendra sabiduría, bondad, justicia, belleza, respeto a la creación y a las diferencias; suscita carismas; inspira culturas y religiones; todo lo renueva desde dentro; fomenta la justicia y la paz (Is 11, 1-9). El Espíritu es dinamismo y movimiento, es vida plena y nunca está en huelga (de CJ – Cuadernos 235 – El Espíritu sopla desde abajo – Víctor Codina).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.