sábado, 13 de enero de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

¿No piensas que a ti también el Señor te está invitando a seguirle? Si te ha creado es para que seas feliz eternamente. Eres su criatura y te ha hecho hijo, por los méritos de su Hijo, enviándotelo para que dando su Vida por ti, tú recuperases la dignidad de hijo también. ¿Vas a perder esa gran oportunidad de vida gozosa y eterna?

Cada día es una nueva oportunidad para cargar con mi cruz, la que a mí me toca, Señor, y abierto a tu Gracia y a la acción de tu Espíritu, sostenerme y avanzar hacia mi propio calvario derramando en el camino tu Palabra y el testimonios de mis humildes y pequeñas obras de amor y misericordia. Amén.

Andamos muy ciegos por este mundo. Y lo peor es que creemos ver claramente y muy bien. Sin embargo, a pesar de que la vida nos vaya muy bien no somos capaces de pensar que nos llegará la muerte un día. Nos resignamos a vivir lo mejor que podamos y esperar la muerte con la idea de no sufrir. Muchos incluso afirman que para evitar el sufrimiento desean la muerte. Diríamos en otras palabras, la eutanasia. Y así la han aprobado.

¡Necio!, ¿no estás llamados a ser feliz eternamente en la Gloria de Dios Padre? ¿Acaso no te lo ha anunciado Jesús, el Hijo de Dios? ¿Te has enterado bien de su Vida y Obras y, sobre todo, de su Resurrección? Simplemente no puedo decirte otra cosa sino que espabiles.

¿Cuántos ricos había en tiempos de Herodes y cuánto poderosos? Pero ¿quién salió en público a increpar al tirano? ¿Quién vengó las leyes de Dios conculcadas? Por cierto: nadie de los opulentos. Un pobres y miserable: uno que no tenía techo ni mesa ni cobijo: Juan el morador del desierto fue el primero y el único que reprendió con libertad al tirano…

Y, antes de Juan, lo mismo pasó con el gran Elías, que no poseía más que una piel de oveja: él solo también reprendió al impío Acab, transgresor de toda ley (CJ – Cuadernos – 234 – Ricos y pobres en el Nuevo Testamento – José I. González Faus).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.