lunes, 8 de enero de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Mírate en tu corazón, ¿hay algún sentimiento o deseo? Mírate a ti mismo, ¿te pareces a alguien en tus deseos de amar y de misericordia? Esa es tu semejanza con tu Padre Dios. Hemos sido creados a su imagen y semejanza y, quieras o no, dentro de ti hay un impulso de amor y misericordia que, precisamente, te da y hace feliz.

Gracias, Señor, porque has venido a este mundo como uno más. Sin escándalos, sin ruidos ni signos espectaculares. Simplemente como una más, sin privilegios y pasando por lo que mandar la ley como cualquier otro. Y todo esto por amor y misericordia para rescatar nuestra dignidad de hijos de Dios y liberarnos de la esclavitud del pecado.

Es evidente que aunque algunos no se den cuenta todos buscamos la felicidad. Es un deseo universal y nace al mismo tiempo que somos concebidos. Salimos, gestados en el vientre de nuestras madres, al mundo y caminamos irremediablemente hacia ese objetivo de alcanzar la felicidad. Una felicidad que buscamos en el mundo, donde no está, porque vive escondida en el amor misericordioso que nos asemeja con nuestro Padre Dios.

Por la misericordia y compasión es como nos asemejamos a Dios. Si no tenemos eso, lo perdemos todo (CJ – Cuadernos – 234 – Ricos y pobres en el Nuevo Testamento – José I. González Faus).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.