martes, 9 de enero de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Nada nos sacará de la inmundicias de este mundo. Quizás creamos que la fama, el poder, las riquezas y todo lo que podamos conseguir en este mundo nos darán la felicidad y la paz. Experimentaremos que no es así, solo dejando entrar en nuestro corazón al Espíritu de Dios podremos avanzar y darle pleno sentido a nuestra vida.

Señor, experimento mi debilidad, mis flaquezas ante las seducciones que el mundo me ofrece. Me siento débil y tentado por el mundo, demonio y carne y sin fuerzas para resistir y responder a tus llamadas. Dame un corazón fuerte que resista las tempestades de la tentación y que pueda responder y hacer tu Voluntad. Amén.

Sucede que cuando experimentamos lo contrario, la vida se nos oscurece y nos encerramos en nosotros mismos. Entonces hacen acto de presencia en nuestro corazón la desesperanza, el desasosiego, la nada y el deseo de ensimismamos en nosotros mismos hasta el punto de anularnos y excluirnos de todo. Ponemos a cero nuestras esperanzas, o dicho de otra forma, perdemos toda esperanza – valga la redundancia – y vaciamos nuestro corazón de contenido y de alcanzar la plenitud. Solo Dios puede hacer que nuestra vida se revitalice y nuestro corazón salte de gozo, esperanza y alegría. Su Palabra es fuente de vida eterna.

Pero ¿para qué sirve decir esto tontamente a hombres que por nada del mundo despreciarán las riquezas y se apegan a ellas como si hubiesen de ser eternas? Hombres que, en dando una miseria de lo mucho que tienen, ya se imaginan haberlo dado todo. Eso no es limosna. Limosna es lo de aquella viuda del Evangelio (Mt 12, 41 y ss.) Si no eres capaz de dar tanto como la viuda, da al menos todo lo superfluo. Pero no hay nadie que dé ni de lo superfluo. Esas cantidades de esclavos, esos vestidos de seda, todo eso son cosas superfluas (CJ – 234 – Cuadernos – Ricos y pobres en el Nuevo Testamento – José I. González Faus).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.