sábado, 6 de enero de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Seguían la estrella, presagiaban que algo iba a suceder. Intuían que algo estaba escrito y se estaba cumpliendo. Sus corazones buscaban esa respuesta que por los signos interpretaban, y que, pronto, al ver al Niño Dios, descubrieron que estaba en sus corazones.

Cada día experimento Señor que Tú eres mi refugio donde mi debilidad se fortalece y mis fuerzas se revitalizan. Así recobro nuevos bríos para superar las tentaciones y los obstáculos que encuentro por este mundo y que tratan de desviarme del camino que me lleva a Ti. Gracias, Señor.

¿Sabemos ciertamente que celebramos el día de reyes? Es evidente que lo que ocupa en primer lugar en nuestros corazones es día de regalos y fantasías, pero, ¿es eso lo principal? Evidentemente que no, celebramos la venida del Niño Dios que viene, encarnado en Naturaleza humana, a anunciarnos la Buena Noticia de salvación, el Amor y la Misericordia de su Padre Dios y, por los méritos de su Pasión, muerte y Resurrección, rescatar para todos nosotros la dignidad de hijos de Dios.

No nos consideremos como si no tuviéramos nada que ver unos con otros. Que nadie diga: «Aquel no es amigo mío, ni pariente, ni vecino, ni tengo con él nada en común. ¿Cómo voy a ir a él y qué le diré?»

Pero, aunque no sea familiar ni amigo, es hombre de tu misma naturaleza que pertenece al mismo Señor que tú… Dios nos ha dado este mundo como única morada; ha encendido el sol para todos, nos ha extendido un solo techo, el cielo, y nos ha preparado una única mesa: la Tierra. Nos ha dado también otra mesa mucho más excelente que la anterior… Tenemos todos una sola patria en los cielos y bebemos de un mismo cáliz…

¿De dónde viene, pues, en la vida una tal desigualdad? De la avaricia y arrogancia de los ricos. Por eso os pido, hermanos, que no obréis así en lo sucesivo: unidos estrechamente en las cosas comunes y más necesarias, no seamos separados por las cosas, terrenas y viles, es decir: por la pobreza y la riqueza, por el parentesco corporal, por el odio y la amistad (CJ – Cuadernos – 234 – Ricos y pobres en el Nuevo Testamento – José González Faus).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.