Esa es la dinámica
y la meta: ser generoso y humilde para estar siempre en disponibilidad de
servir al pobre, indefenso y necesitado. Y eso debe hacernos recapacitar y comprender
nuestra propia pequeñez y limitación y la necesidad del auxilio del Espíritu
Santo.
Lo que realmente importa es la intención de tu corazón. Hagas
lo que hagas, des lo que des, todo será válido si tu corazón realmente ha sido
misericordioso. Porque, Dios ve tu intención al margen de que puedas o no
puedas hacer o dar.
No podremos
hacernos esclavos de los otros en ese sentido figurado del servicio, sin la
asistencia y auxilio del Espíritu Santo. Por tanto, debemos y tenemos que
abrirnos a Él, recibido en la hora de nuestro bautismo, para por su Gracia y
Fortaleza, servir y servir a aquellos que lo necesiten. Esa es nuestra
grandeza, amar al más necesitado sin condiciones y con plena gratuidad.
Distribución y ventas: los alimentos viajan, normalmente en barco. La distancia que recorren desde el productor hasta el consumidor se denomina milla alimentaria. Esta unidad se utiliza para la huella medioambiental de la producción de alimentos, llamada huella alimentaria (CJ – Cuadernos 228 – El desperdicio de los alimentos – José Carlos Romero y Jaime Tatay (Coord.).
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