¿Y tú, piensas y
crees que también al tocar al Señor, desde la fe, quedas curado? Porque, tú, no
solo tienes la suerte de tocarlo sino de recibirlo como alimento espiritual en
la celebración Eucarística. Podemos preguntarnos: ¿cuál es nuestra experiencia
al respecto.
Todo tiene sentido
en el Señor. Mi vida queda iluminada por su Palabra y su presencia orienta mis
pasos por el camino correcto, por la verdad y la justicia. En Él encuentro
respuestas a todos mis problemas e interrogantes y tengo todo.
Es evidente que tenemos fe. Al menos eso parece cuando tratamos de perseverar y estar en el Señor. Pero, también es evidente que nuestra fe no parece lo suficientemente firme para abandonarnos en manos del Señor con toda confianza. El misterio no nos cabe en nuestra limitada cabeza. No nos desanimemos por eso porque la fe es un don de Dios. Eso sí, pidámosela con perseverancia y nos desfallezcamos. Precisamente, esa constancia en pedirla nos descubre que tenemos fe. Y recordemos aquella parábola del juez injusto con la que el Señor nos aleccionaba a perseverar y a pedir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.