La cuestión se
centra y se esconde en el perdón. De nada servirán tus oraciones y peticiones
si tú no perdonas, incluso al enemigo. Tu aprobación y salvación se esconde en
tu misericordia. Nunca olvides que te salvas gracias a la Infinita Misericordia
de tu Padre Dios.
¡Gracias, Padre
Bueno y Señor mío! Gracias por salir a buscarme e invitarme a entrar de nuevo
en tu Casa. Gracias por ser paciente conmigo y soportar con amor misericordioso
mi soberbia y envidia. Gracias por compartir y darme todo lo tuyo.
¿Cómo tú no vas a ser también misericordioso? Esa es la única posibilidad que tienes de corresponder al Infinito Amor Misericordioso que tiene tu Padre Dios contigo. Te lo ha dejado escrito en tu corazón, pero también en la oración del Padrenuestro. Si buscas el perdón de tu Padre Dios, debes también buscar el perdón con tus hermanos. De no ser así no habrá ni tendrás relación ni tampoco misericordia con tu Padre Dios. ¿Sabes? Está claro, esa es la vía que te lleva a aceptar la filiación divina y el Reino de tu Padre Dios.
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