También nosotros
somos hijos pródigos. Estamos necesitados de encontrarnos con nuestro Padre y
de dejarnos transformar por su Amor Misericordioso para amarnos como verdaderos
hermanos en Él.
Señor, me has
creados y quieres llevarme contigo y compartir conmigo tu Gloria eterna. Sé que
no merezco nada pero quiero seguirte y estar contigo porque Tú, Señor, eres la
fuente de mi felicidad. Amén.
Hemos sido creados
para amar y todo lo que sea alejarnos de esa realidad es separarnos de nuestro
Padre Dios. Él nos ama con un amor infinito y misericordioso. Y así, en
respuesta a su amor, también nosotros tenemos que amarnos. Nacemos en una
familia entrelazados por vínculos de amor, y es ahí donde debemos aprender a
amarnos para luego salir al mundo con deseos de amar y de misericordia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.