miércoles, 3 de abril de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Tenemos ahora cincuenta días, hasta Pentecostés, donde el Señor se va manifestando a los apóstoles que todavía no terminan de creérselo. ¿Nos pasa también a nosotros lo mismo? Tratemos, pues, también en estos cincuenta días de estar atentos a las apariciones del Señor en nuestra vida.

El Señor Vive y camina junto a nosotros. Y nos llama a cada uno por nuestro nombre, nos reúne y nos envía a que digamos a los demás que vive, ha Resucitado y nos llama a una vida eterna en gozo y felicidad.

Experimentamos que nuestra vida es una bendición permanente. Con ella, cada instante, es un momento de luz y de testimonio de la presencia del Amor Misericordioso de nuestro Padre Dios.

Cada instante es un regalo con el que podemos dar un fuerte abrazo a nuestro Padre Dios y manifestarle nuestro amor. Y lo hacemos cuando tenemos en cuenta al que está a nuestro lado y tratamos de amarlo tal y como nuestro Padre Dios nos ama a cada uno de nosotros.

Esos actos de amor son verdaderas oraciones con las que realmente abrazamos fuertemente al Señor.

No busquemos cosas grandes ni heroicas, simplemente lo sencillo y natural como la verdad, la justicia, el respeto, la ternura, la mansedumbre, solidaridad... etc., en la medida de lo que cada cual pueda dar. Pero, siempre en esa actitud de hacer el bien.

Quizás no nos hayamos dado cuenta todavía, pero nosotros también vamos de camino. Tu vida, nuestra vida es un camino en el que nos conviene descubrir la presencia del Señor Él es precisamente lo que buscamos, el gozo y la felicidad eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.