sábado, 20 de abril de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

La respuesta de Pedro fue muy sensata y sabia: ¿A quién vamos a acudir? ¿Acaso, esto lo digo yo, el mundo nos ofrece algo valioso y eterno? Porque, el valor de cualquier cosa que nos pueda dar felicidad tendrá que ser eterno, pues si no es así, de nada vale.

Toma, Espíritu Santo, mis oídos, mis ojos y mi boca y orientales hacia el bien. Cierra mis oídos a toda murmuración y guarda mi boca de toda maledicencia, que solo permanezcan en mí el lado bueno de las cosas. Amén.

Y el mundo, nuestro mundo de aquí abajo es caduco. Nadie se queda ni nada es eterno. Por tanto, Pedro respondió muy bien: Solo tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna. Y eso nos basta para saber que eres el Santo de Dios. Pero ahora nosotros, los de este tiempo sabemos más: tú, Señor, has muerto y Resucitado. Por tanto, tienes poder sobre la muerte y eres eterno. En tus manos ponemos nuestra vida esperando la eternidad. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.